Legitimar una situación social, política y económica puede hacerse con los valores olímpicos como en el siglo XX se hizo con la celebración de las Olimpiadas en Berlín durante el mandato legislativo del Partido nacionalsocialista.
Y es que así es el deporte nos une a todos, da igual nuestra condición social, nuestra religión o ideología, nuestra complexión o altura, nuestra raza...El deporte nos une y si hablamos del fútbol todavía nos une más.
Y de esta manera, y a pesar de lo que ocurra en los países donde se celebran las grandes acontecimientos deportivos, vamos a participar no solo en el acontecimiento deportivo, retransmitido por infinidad de canales de comunicación, sino en el negocio que supondrá y supone el fútbol para corporaciones financieras, fondos de inversión, gobiernos e intereses, que no alcanzamos a comprender y que están muy lejos de tener una función social de desarrollo democrático, más allá del placer, el bienestar y el gozo, también el sufrimiento y el padecimiento de aquellos que contemplen este deporte rey.
Todas las políticas sobre la igualdad de derechos, el trato a la mujer, la libertad de expresión organización y asociación quedan por un tiempo sin vigor en la comunidad internacional para que pueda celebrarse este campeonato mundial de fútbol.
Que disfruten y disfrutemos de este espectáculo fuente de emociones y sentimientos pese a quien pese y ocurra lo que ocurra el fútbol es fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario