A ninguno de nosotros nos gusta que nos condenen sin ser oídos.
Nos gusta explicarnos. Que podamos defendernos.
Cuando alguien nos juzga injustamente y nos condenan sin pruebas nos quejamos y mucho.
En estos días escucho opiniones sobre Juicios y Sentencias que le dejan a uno pasmado al ver como cualquier personas es capaz de opinar sobre casos judiciales de miles de folios de instrucción que no se han leído, pese a lo cual siguen dictando su sentencia y condena.
No quisiera yo tener como miembro de un jurado popular a tan ilustres "sentenciadores".
Y es que estamos rodeados de "sentenciadores" somos "sentenciadores" incluso con nosotros mismos y nuestros propios actos y somos implacables.
Aprendamos del sano ejercido de "No Juzgar sin saber" que nos enseñaron nuestros abuelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario