No me refiero a la situación del Partido Popular este fin de semana.
Describo la situación vivida semana pasada con la muerte de mi padre de manera inesperada.
Tocado y hundido. ¿Cuántas personas y empresas hay hoy en España tocadas y hundidas?
El nivel de suicidios es alarmante. Desconocido para la opinión pública por el pacto de silencio por el efecto llamada.
El aumento de las bajas por depresión y ansiedad, el aumento del consumo de pastillas para su alivio y como único tratamiento.
Sin asistencia terapéutico y espiritual al alcance de la mayoría a los que se les ha hecho creer que son artificiales e ilusorias.
El pueblo está tocado y hundido y las fanfarrias del Estado con los Fondos Europeos como melodía no logra ser más que una cortina de humo que cuando se disipe dejará ver el desolador panorama.
Tocados y hundidos seguimos caminando como zombies sin tomar conciencia de la situación y sin poner remedio.
"La gente este muy mal" me decían esta semana una Psicóloga y un Administrador de Fincas empleando las mismas palabras. Dos profesionales de primera línea en esta batalla.
La guerra podrá empezar en la estepa rusa, tierra lejana, más la gran guerra se está librando en las cabezas de cuantos están tocados y hundidos y están a nuestro alrededor.
Suenan tambores de guerra desde hace tiempo y nadie los quieren escuchar.
Y cada vez hay más tocados y hundidos.
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