domingo, 29 de octubre de 2023

LA MUERTE

Por falta de educación sobre la muerte esta acecha la vida de manera siniestra a todo aquel que la teme.

En la semana de Halowen, instaurada como celebración jocosa y divertida de lo siniestro, pasa de manera arcaica y viejuna, todo lo que es cultura heredada de nuestros ancestros sobre el respeto y el acompañamiento a sus seres queridos difuntos.

Pero la cultura de la muerte es más que un día al año más que un negocio para las floristerías y una visita esporádica a una lápida o tumba.

La cultura de la muerte es la cultura de la vida, no existe  la una sin la otra. Son las dos caras de la misma moneda, todos los días nacemos y todos los días morimos.

La muerte nos espera a todos con gran certeza. Una evidencia de la que solemos abstraernos y de la que no queremos hablar. Por eso es la gran desconocida y por eso, es más fácil manifestar, con fe profunda, que no hay nada después de la muerte.

Quien se aparta del sentir general y se acerca con humildad y respeto a la muerte toma la certeza de que la vida no es más que una pequeña parte de la existencia y que donde está la eternidad es en la muerte.

Prepararse para ser eterno por tanto, e, incluso, vivir la vida como manifestación de la eternidad en vida, forma parte de aquellos que han sido educados por la muerte para vivir la vida.




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