No destaquen. Que te cortan la cabeza.
No enseñes, ni presumas que las envidias son muy malas.
Mediocre y vulgar, mundano.
Mejor volar como un pato mareado que volar como un águila imperial.
Y cada día baja más el listón. Se nota en la manera de vestir de las gentes de un pueblo.
Cada fin de semana la gente sacaba el traje de los domingos, el único, pero elegante traje para vivir los domingos como Dios manda: Misa, Vermut, compra de pasteles y a casa y por la tarde el paseo.
Eran otros tiempos. Hoy, el domingo, es un día para jo hacer nada y, como tal, la comodidad es la norma. Voy a por los churros y me apotrono en el sillón a ver series de Netflix cuanto más fantásticas, violentas y pornográficas mejor.
Esta crónica en gris para un lunes es pesimista. Ahora sal tú y pon en hechos la versión optimista.
¿Serás capaz de destacar por encima de la media mediocridad para ser un líder en tu pueblo?
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