Creer en Dios, un Cristo, una Virgen, es muy común, a su manera.
Incluso sacerdotes que creen en la Iglesia, la suya, a su manera.
Creer y pensar son dimensiones diferentes.
Se puede creer y no pensar.
Para creer basta la Fe.
Para pensar es necesario dudar, reflexionar y contemplar el Misterio.
Requiere tiempo y tiempo de calidad pensar en Dios.
Para pensar en Dios hay que tener la valentía de dejar a un lado tus pensamientos y dejar que Él vaya colocando su Sabiduría en tu vida.
En una vida acelerada por el hacer hay poco tiempo para pensar y menos aún para dedicarlo a Dios.
Una sociedad basada en creencias puede sostener una Fe durante siglos basada en opiniones personales y subjetivas. A su manera.
Si. Son pocos los que tienen tiempo para pensar en Dios. Ellos siguen dejando huellas históricas de sus vivencias y experiencias a lo largo de la historia.
Poco leídos y menos aún estudiados estos hombres y mujeres son el reflejo de una vida en las que el olvido de sí es su principio. Y no, no, a su manera. Si no a la manera de Dios.
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