Para producir una milagro, nuestros abuelos utilizaban bastante sus creencias, ciertamente de tipo religioso, y se basaban en iconos y arquetipos: El icono del Santo o la Virgen, el arquetipo podría ser la sabiduría o magia que a esa figura se le atribuye.
Hemos perdido esa conexión con lo mágico, con lo religioso, y, por tanto, con el milagro.
Enstein decía:
"Existen dos formas de ver la vida: una es creer que no existen los milagros, la otra es creer que todo es un milagro».
Es cierto que sigue habiendo milagros, remisiones espontáneas, como dicen los científicos.
Inexplicables acontecimientos, qué, manera insospechada, llegan a nuestras vidas para acabar con el sufrimiento y la calamidad.
Tengo ganas de un MILAGRO.
Decía el Maestro de Nazaret, se lo decía a sus discípulos cuando estos no eran capaces de hacer un milagro a un hombre, que ese tipo de milagros, requería mucha fe, y que ellos no la tenían, pues si la tuvieran serían capaces de mover montañas.
En la lógica del pensamiento cartesiano, si queremos mover montañas tenemos que tener Fe, y la pregunta del analista científico, es:
¿ y qué es la fe? ,
¿dónde está?,
¿de qué se compone?,
¿como las conseguimos?,
Y así, por ejemplo, durante siglos, estuvieron buscando el cáliz el Santo Grial, el bálsamo de Fierabrás...
La fe no puede ser de la mente, y los milagros por tanto tampoco.
Más bien, habrá que buscar en el corazón:
¿y quién está buscando el corazón estos días?,
¿quién lo trabaja?,
¿quién lao explora?,
¿quién la utiliza?,
Aquí lo dejo:
¿cómo andas de corazón?,
¿cómo andas de Fe?,
¿cómo andas de milagros?
No hay comentarios:
Publicar un comentario