Volvemos a la "cruda realidad". Así lo expresaban l@s abuel@s. Y para muchas personas sigue siendo su realidad: Crudeza.
Vamos, sin suavidad.
Parece que la vida cotidiana para la mayoría carece de la suavidad que desean.
Y es que todo se reduce a tu deseo.
Tengo pocos deseos y los pocos deseos que tengo los deseo poco dicen en Zen.
Aprender a gestionar el deseo como arte de vida fue el intento de las filosofias orientales, griega y romana que ahora son tan admiradas y venerada, cuando son "prueba superada y pase al siguiente nivel".
Hoy en día la Neurociencia parece ser el Oráculo de la Verdad para dotar de felicidad, suavidad a la vida y vemos como se queda corta.
Ya lo decía el Maestro de Nazaret, en la Cruz, que se parece mucho a la palabra crudeza está la SALVACIÓN.
En fin, volvamos a empezar. Volvamos a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario