domingo, 21 de enero de 2024

Alegría

Alegría. Una condición natural del ser humano arrebatada por la educación y la cultura imperante en la mayoría de los casos.

Ser alegres y estar alegres es nuestra esencia y si, en nuestras vidas se escapa de nuestras manos, o es imposible, es que estamos apartados, muy apartados de la Verdad, la Bondad y la Belleza.

Por eso, cuando falta, cuando no forma parte de nuestra vida cotidiana, vamos generando una estrategia de vida que permita con ayuda de experiencias externas provocarme la risa y pasármelo bien, con idea de mantener cuanto más tiempo posible, lo que considero que es la alegria: Una fiesta.

No es extraño que el sentido del humor, los chistes y cuanto pueda provocar la risa, sea de lo más visto en las redes sociales. Buscamos la alegría en un sucedáneo, porque nadie nos ha dicho que la alegría es la  sensación del bebé cuando ha comido, está asedo y cogido en brazos de su madre, en una serena y calmada observación de la vida que le rodea. Sonríe, y es la única expresión, la facial, la sonrisa que denota su estado de bienestar psicosocial.

Ser y estar alegres es un mensaje del Cristianismo desde sus inicios y, por tanto, la falta de alegría en la mística y la ascética religiosa es signo inequívoco de error, de grave error.

En breve llega el Carnaval, el pueblo buscaba la diversión antes de introducirse en una Cuaresma triste y negra con ausencia de alegría por imperativo clerical.

La alegría es arma peligrosa en un pueblo que vive alegre para quien quiere dominar su espíritu a base de miedo. Es el mejor antídoto.

Sabes que eres alegre cuando en medio del miedo sigues sonriendo.

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